Cómo financiar las pensiones en un contexto de creciente longevidad

Si Robinson Crusoe hubiese tenido que vivir su jubilación en la isla donde naufragó, después de largos años reservando grano (se supone que no perecedero) para cuando ya no pudiese trabajar, se podía haber llevado la desagradable sorpresa de que, llegado ese momento, sus ahorros se revelaban insuficientes para una vida que se estaba manifestando más larga de lo prevista. O, por el contrario, ante la inminencia de un brusco final mucho antes de lo esperado, que se había pasado ahorrando para su vejez habiendo vivido mientras tanto por debajo de sus posibilidades. Artículo completo.