La muerte ha segado demasiado pronto la vida de Emilio Ontiveros, un amigo afectuoso, un desbordante profesor y un economista brillante y cuidadoso.Descanse En Paz quien tanto nos ha marcado a amigos, discípulos y alumnos, colegas, clientes y miles de ciudadanos que le seguían en los medios. Tantas personas anónimas que lo reconocían en las calles, en los restaurantes o en los taxis y se acercaban a saludarle. Hoy, todas esas personas tienen un motivo para recordarle. Las reacciones de tristeza y admiración ante su pérdida vienen de todas las direcciones.Los medios tienden a subrayar las medidas de recaudación fiscal para mejorar la financiación de los sistemas de seguridad social y proteger las cotizaciones de las pensiones, pero las medidas propuestas por José Antonio Herce tienen mucho más diversidad y alcance. El debate ya está planteado y se desarrollará durante bastante tiempo, pero los resultados no serán los mismos si se toman unas medidas u otras… o, sobre todo, si no se hace nada.
El abrazo cálido y poderoso de Emilio Ontiveros