En la reciente oleada de la Encuesta Financiera de las Familias (EFF-2022) publicada por el Banco de España en este año, se puede apreciar la proporción de la Riqueza Real Total, (que incluye la riqueza inmobiliaria mayoritariamente) por tramos de edad de la persona de referencia del hogar. Pues bien, desde 2002 –inicio de la EFF– se ve una clara e interesante evolución de la parte de esa riqueza total que detenta cada grupo de hogares de edades dadas.
Los hogares encabezados por personas de 55 y más años, edad a la que se acepta que se inicia la vida sénior, poseen un porcentaje cada vez mayor de la riqueza real total. Al tiempo que cada vez hay también más hogares dentro de este grupo de edad. ¿Son cada vez más ricos o son cada vez más? Pues ambas cosas, aunque lo de “ricos” hay que entenderlo de manera relativa, porque todos los hogares españoles han visto caer en el periodo el valor de sus ahorros reales (léase inmobiliarios), pero este valor todavía no se ha recuperado del todo.
¿Es excesiva la concentración de riqueza real en los hogares de mayor edad?
Por el contrario, los hogares encabezados por personas menores de 35 años han sufrido una evolución a la inversa en ambas métricas: decrece severamente el porcentaje de hogares de esta edad sobre el total y, al mismo tiempo, lo hace la proporción de su riqueza real sobre el total, que disminuye de forma dramática. Si en 2002 estos hogares representaban el 15% del total y poseían el 10% de la riqueza real, en 2022, los hogares equivalentes representan el 7% y poseen el 2% de la riqueza real total.
¿Estamos ante un descalabro estructural de la propiedad entre los hogares jóvenes?
- En siguientes entradas exploraremos la composición de la riqueza real y financiera, especialmente en los activos inmobiliarios y su impacto en estas relevantes diferencias intergeneracionales.