Con cierta frecuencia, se pueden leer noticias sobre un vehículo de inversión muy especial, el fondo global de pensiones del gobierno noruego. Es un fondo soberano de inversión, es decir, un fondo de propiedad estatal y cuyo promotor es el estado noruego; pero no es el único FSI, en realidad hay más de una veintena en todo el mundo. El origen de las aportaciones a este fondo son los beneficios procedentes del petróleo noruego, licencias de explotación, derechos…; pero lo más importante es la decisión del gobierno noruego de la creación de un vehículo de este tipo.
El fondo se creó cuando se descubrió petróleo en el mar del norte en 1969 uno de los más grandes campos petrolíferos off shore y la economía noruega creció de forma espectacular, se concibió como un escudo para la economía nacional respecto a los vaivenes de los precios del petróleo. En 1990 el parlamento aprobó la legislación para su creación y en 1996 recibió fondos del estado por primera vez. Su misión es salvaguardar y construir riqueza financiera para las generaciones futuras, de forma responsable, eficiente y sostenible intentando generar un retorno que exceda el crecimiento global de la economía. El fondo solo invierte fuera de Noruega, con lo que diversifica los riesgos de su economía y evite generar desequilibrios internos; del valor actual del fondo que son 1.105 miles de millones de euros a cierre 2019, menos de la mitad han sido aportaciones del estado, el resto ha sido revalorización e ingresos que han generado los activos en los que se ha invertido. Se dedica a ser una reserva financiera como inversión a largo plazo, así se benefician de la riqueza petrolífera las generaciones actuales y futuras.
Adicionalmente, existe una limitación a cuanto podría utilizar el estado noruego del patrimonio del fondo, fijado en torno al 20% del presupuesto del gobierno, pero los noruegos se guían con la idea de cuanto menos utilicen hoy, más fondos dispondrán en el futuro, especialmente en los malos tiempos donde los recursos son más necesarios. De media el gobierno solo ha utilizado detrayendo del fondo, un importe correspondiente al rendimiento obtenido, aproximadamente un 3% anual por lo que el capital del fondo se preserva.
De forma global, el fondo posee un 1,5% de todos los títulos de renta variable que cotizan en los mercados mundiales, alrededor de 9.000 compañías, mientras la exposición a España, décimo país por volumen de inversión del fondo, era de 1,9% del total de los cuales 1,2% eran acciones y el resto valores de renta fija. Respecto a su rentabilidad, durante 2019 fue del 19,9% pero en los últimos 11 años solo ha tenido 2 ejercicios con pérdidas, aunque en el primer trimestre las perdidas reportadas han sido aproximadamente tres veces los beneficios del 2019.
En su página web se pueden ver todas las posiciones del fondo y su valor de mercado en tiempo real, rentabilidades anuales por clase de activo. Es también un ejercicio de transparencia en todos los sentidos, desde las posiciones, valores, buen gobierno y los criterios y parámetros para la gestión de riesgos como límites a las exposiciones excesivas en compañías, países y ramas de actividad. Recordemos que en España, en un ejercicio de diversificación y gestión de riesgos, el Fondo de reserva de las pensiones, ahora agotado, invertía exclusivamente ¿en?… ¡Correcto! En deuda pública española.