Los Países Bajos tienen uno de los sistemas de pensiones más amplios del mundo. El trabajador medio, en el momento de su jubilación, recibe una pensión total mixta algo superior al salario que deja de percibir. La Seguridad Social aporta una pensión equivalente al 30% del salario y el plan de empresa (obligatorio) le da otro 70%. El ahorro privado proporciona aproximadamente un punto porcentual.
Los Países Bajos tienen uno de los sistemas de pensiones más amplios del mundo. El trabajador medio, en el momento de su jubilación, recibe una pensión total mixta algo superior al salario que deja de percibir. La Seguridad Social aporta una pensión equivalente al 30% del salario y el plan de empresa (obligatorio) le da otro 70%. El ahorro privado proporciona aproximadamente un punto porcentual. La Seguridad Social paga una pensión básica contributiva, mientras que el Pilar II constituye el grueso de la pensión mixta de los trabajadores. Todas las empresas están obligadas a ofrecer una pensión a sus trabajadores. La mayoría de estos planes de empleo son, sin embargo, de “prestación definida”. Esta fórmula de cálculo de las pensiones es la herencia característica de la temprana introducción en este país de las pensiones ocupacionales y subsiste en muchos países en buena medida, comprometiendo la estabilidad financiera de muchas empresas promotoras de los mismos y, también, poniendo en riesgo la integridad de las promesas de pensiones de los trabajadores.
Uno de los problemas recurrentes que esta característica, no menor, del sistema holandés tiene es que el supervisor debe estar constantemente vigilando (y advirtiendo) a los responsables de los planes acerca de la necesidad de tener plenamente cubiertos los compromisos de pensiones ya que, estas son fórmulas de pago generalmente vinculadas a los salarios finales de los trabajadores que, a priori, son desconocidos. A diferencia de las fórmulas de “aportación definida” en la que las pensiones son las que los capitales acumulados permitan comprar y, por definición, se encuentran en todo momento provisionadas al cien por cien, las fórmulas de prestación definida presentan un grave problema de infra provisión. El principal quebradero de cabeza de los responsables de los fondos de pensiones en los Países Bajos, y de los reguladores, es la ratio de provisionamiento del gigantesco sistema de pensiones ocupacionales.
En este marco, recientemente, el gobierno holandés ha dado el paso de obligar a las empresas a convertir todos los contratos de prestación definida en contratos de aportación definida antes de 2026. Con esta “reforma de las pensiones”, apoyada por todos los partidos y alcanzada tras un periodo de diez años de duras negociaciones, no se altera la configuración básica del sistema mixto de pensiones holandés, pero se produce un gran movimiento, una especie de Big Bang, en el sector previsional con la “reescritura” de todos los contratos de prestación definida existentes. Se estima que el volumen de fondos que se verán afectados por esta transición asciende a 500 millardos de euros, lo que equivale al 62% del PIB Holandés de 2019. Ello tendrá un profundo impacto en los mercados de valores, especialmente de deuda fija (https://www.europeanpensions.net/ep/Dutch-pension-reforms-transfers-risk-to-individuals-expert-warns.php).