Como es sabido por los seguidores de nuestro blog, en una entrada anterior realizamos una estimación sobre el impacto que tendrá sobre las aportaciones en el ejercicio 2021 la entrada en vigor de la ley 11/2020, en la que se redujo el límite de las aportaciones anuales a los planes de pensiones Individuales a 2.000 euros.
Pues bien, aunque alrededor del 75 % de los partícipes que hacen aportaciones en un ejercicio lo hacen por cantidades inferiores a ese importe, a aquellas personas que decidan no anclarse a esa cifra e invertir cantidades superiores en ahorro con vocación previsional, les podría interesar evaluar la posibilidad de incluir fondos de inversión en su cartera ya que pueden complementar perfectamente a los planes de pensiones individuales.
La principal ventaja fiscal de los planes de pensiones, la deducción por las aportaciones realizadas en el ejercicio, que no es más que un diferimiento fiscal hasta su percepción después de la fecha de jubilación y que tributa en la base general, no se contempla para los fondos de inversión.
Sin embargo, la fiscalidad de los fondos de inversión al tributar por las plusvalías a los tipos que van del 19% al 23% dependiendo del volumen de ganancias de capital del ejercicio fiscal, sí puede ser muy interesante e incluso mejor que los planes de pensiones individuales, aunque los rendimientos estén sujetos a retención del IRPF; además, se pueden compensar las plusvalías con otras minusvalías obtenidas en otros fondos, acciones…Respecto a los traspasos, los fondos funcionan exactamente igual que los planes de pensiones, es decir, no existe tributación mientras no exista reembolso, siempre que el importe se mueva dentro de la misma tipología de activos y éstos sean calificados fiscalmente.
Otro aspecto positivo de la inversión en fondos de inversión es su liquidez, ya que se pueden vender en cualquier momento, a diferencia de los planes de pensiones que requieren cumplir ciertas condiciones más restrictivas. Aunque para algunos inversores esta facilidad de desinversión del producto puede resultar un inconveniente, por no ser capaces de resistir la tentación de disponer del dinero antes del plazo que se consideró en el momento de su suscripción, es claramente una opción adicional de este tipo de instrumentos.
Pero quizá la ventaja más importante es la de tener acceso a un abanico de posibilidades de inversión inmensas, a las que no se puede acceder con los planes de pensiones; tanto en mercados financieros como en gestores, atendiendo a su calidad e historial, estilos de inversión, en divisas… Aunque este universo nos pueda hacer caer en la paradoja de la abundancia, es decir, que cuantas más opciones tengamos para elegir más complicado nos parezca tomar una decisión, la incertidumbre se puede eliminar con un asesoramiento profesional e independiente. De hecho, contar con profesionales independientes y sin conflictos de interés entre el asesoramiento y la venta de productos financieros es fundamental, ya sea para inversiones en planes de pensiones, fondos de inversión o cualquier otro tipo de activo previsional.
Estudiar nuestras necesidades de inversión y analizar nuestro perfil de riesgo no es una tarea trivial; el resultado adecuado de una cartera estará sujeto a muchos factores a considerar, como por ejemplo nuestra edad, profesión, patrimonio acumulado y sus tipologías, deudas actuales, ingresos familiares futuros, circunstancias familiares como son los hijos, estado de salud etc. Este tipo de asesoramiento nos ayudará a no caer en errores como elegir el fondo de moda del año, deslumbrarnos por los fondos más rentables sin reparar en el riesgo asumido o los cantos de sirena de nuevos y desconocidos sectores, entre otros.