El pasado 1 de julio, Eurostat divulgó un tweet en el que mostraba la duración efectiva esperada de la vida laboral por países (Expected Working Life en inglés), es decir el tiempo efectivo de trabajo descontando episodios de desempleo, formación, inactividad por otras causas, etc.
De esta fuente se han extraído los datos que se muestran en el Gráfico II que comentamos en esta entrada del blog. La metodología está normalizada para todos los países por lo que los resultados son perfectamente comparables para el conjunto de los países de la UE.
La primera impresión que se recibe al ver estos datos es que una diferencia de más de diez años de vida laboral efectiva esperada como la que se estima para Suecia (42 años) frente a la de Italia (31,2) es “abismal”, lo que explica algunos de los problemas que luego tienen los sistemas de pensiones, por ejemplo.

Según profundiza Eurostat en su análisis (véanse los enlaces citados más abajo), los países en los que mayores son las vidas laborales efectivas de los trabajadores son también aquellos en los que las tasas de empleo son mayores y las de paro menores. Entre 2000 y 2020, muestran también las fuentes, la vida laboral efectiva esperada ha aumentado una media (unisex) de 3,4 años. En España, este aumento ha sido de 3,9 años.
En general, el aumento se ha debido a la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, cuya vida laboral ha aumentado en 4,5 años frente a 2,2 años en el caso de los hombres, en el periodo.
En España, la descomposición por sexo del aumento de 3,9 años en la vida laboral efectiva esperada arroja un aumento de 8,4 años para las mujeres y… ¡una disminución de 0,3 años para los hombres!
Fuentes:
https://ec.europa.eu/eurostat/cache/metadata/en/lfsi_dwl_a_esms.htm
https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/lfsi_dwl_a/default/table?lang=en
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